Los programas de Permisos de Vertido Negociables (más conocidos como Landfill Allowance Trading Schemes – LATS) son una herramienta concebida para reducir la cantidad de residuos municipales (RM) enviados a vertederos de manera coste-eficiente. Siguen una lógica parecida a los programas de permisos de contaminación negociables. [1]
Los permisos de vertido son distribuidos por la administración pública (normalmente organismos nacionales o regionales) a Entidades Locales (EL), y estas pueden intercambiarlos entre ellas. Las Entidades Locales que no hagan uso de la totalidad de sus permisos pueden optar por vender o transferir este exceso de permisos a otras, alcanzándose así la forma más económicamente eficiente de distribuir los permisos. La distribución de permisos se puede dar de manera gratuita o a través de una subasta.
El LATS ofrece a las administraciones locales más flexibilidad a la hora de conseguir sus objetivos dejándoles redistribuir sus permisos a través del banking y/o el borrowing, sujetos a determinadas restricciones. El banking consiste en depositar algunos permisos que no se necesitan en el presente pero que podrán ser usados en un futuro, mientras que el borrowing consiste en anticipar el uso de futuros permisos en el presente. Cada EL necesita establecer la solución más coste-eficiente, administrando sin redistribución temporal, comprando/vendiendo permisos a otras EL o redistribuyendo sus propios permisos a través del banking o el borrowing de dichos permisos. [2]
Los instrumentos económicos de gestión ambiental, como impuestos o programas de “Cap and Trade”, buscan modificar la economía para incorporar los costes ambientales dentro del precio de mercado. Tanto los impuestos como los sistemas de “Cap and Trade” se consideran de similar eficiencia en cuanto a términos económicos. Por el contrario, si hablamos de eficiencia, los programas “Cap and Trade” son considerados superiores a los impuestos, ya que limitan el nivel de contaminación (vertido de residuos, en nuestro caso) a través del número total de permisos distribuidos. [3]
Los LATS tienen una gran capacidad de adaptar e interiorizar las variaciones en la inflación porque se reajustan automáticamente sin necesidad de aplicar medidas regulatorias o legislativas.
Cuando los permisos se reparten mediante subasta, el sistema actúa de forma más parecida a un impuesto, aplicando el principio de “Quien contamina, paga”.
El ejemplo más conocido es el British Landfill Allowance Trading Scheme, que estuvo en vigor desde 2005 hasta 2013 con el objetivo de reducir la parte biodegradable del residuo municipal vertido [4]. El programa tuvo notable éxito en los primeros siete años, después se incrementó el impuesto británico a los vertederos (UK Landfill Tax), reduciendo así la relevancia del LATS. La flexibilidad que se aporta a las diferentes Waste Disposal Authorities mediante la opción del banking o del borrowing de permisos ayuda a cumplir con los objetivos interanuales a la vez que se optimizan los costes de cumplimiento.